Pequellpu
Amigos, Luma Fundation y 89+ publicaron un libro mio de poesía llamado Pequellpu en Zurich, Suiza, en el marco de un proyecto copante. Son 1000 libros de poesía de 1000 autores diferentes, de todas partes del mundo, nacidos del año 89 en adelante!
Dejo el link del libro. Ahí se puede descargar el PDF gratis o comprar el hardcopy a un precio irrisorio.
http://poetrywillbemadebyall.com/wp-content/uploads/2015/02/127-Zicari-Pequellpu.pdf
Dejo el link del libro. Ahí se puede descargar el PDF gratis o comprar el hardcopy a un precio irrisorio.
http://poetrywillbemadebyall.com/wp-content/uploads/2015/02/127-Zicari-Pequellpu.pdf
ya salió Scalabritney! :D
Ya salió Scalabritney, Mi primera novela, publicada por los grosos de Entropia
Se presenta el miércoles 3 de septiembre en el Centro Cultural Matienzo!
Acá esta la página del libro, al costado se puede ver las librerías en las que se consigue!
Se presenta el miércoles 3 de septiembre en el Centro Cultural Matienzo!
Acá esta la página del libro, al costado se puede ver las librerías en las que se consigue!
Entrenado el azul
Pichón sobre el charco
En el arte de mojar
Sus celestes plumas
Hacen flotar
gigantes gotas
que sostiene con
habilidad
en un pico amarillo
creado pa la actividad
con él las estira las
puede inflar
las juega con liviandad
arroja hacia arriba
algunas
mientras se hunde en el
aguá
muy seco sale a volverlas
a atrapar
entre todas van cinco
gotas que logra hipnotizar
quedel charco salen ¡libertad!
por el cielo suben unos
metros
caen ganando velocidad
al plumaje del ave
acicalar
se entreabren sus alas
reciben
golpes de frío y
electricidad
las mueve histéricas en
lo
que parece ilusión
a las ojos de tan
rapidó.
y en el acto de agitar
sus alas sobre el
charco
logra como travesía
que el agua haga
explosión
y millones de gotitas
formen charcos mas
afuera.
Sentida su travesura
la mojada ave rasca
con su pico el azul
pecho
pega un salto a un
nuevo charco
quiere uno que esté
lleno
continuar con su lavabo
Oh, pequeña ave vuela
a por tu lugar seguro
ya un charco has
vaciado
y el gato está al
acecho
con el ruido que has
hecho
al bailar como alocado
y piaar dulce y viciado
curioso gato has
llamado
a que suba a la cornisa
te vea volar de prisa
y confunda con bocado
pobresito pichonzuelo
tan contento e aislado
estas tú jugando alado
animal vuela del suelo
que de arriba salta un
negro
gato con las garras
sueltas
aunque sea un
aguafiestas
vos escapa así me
alegro
verte flotar algún día
nuevamente en mi
terraza
mi alegría es escaza
no me saques tu
presencia
tan alegre y colorida
en estas mañanas largas
Prometo cantar canciones
sostener muy fuerte al gato
y mirarte como lavas
tu plumaje mientras cantas
algodones caen al rato
vienen de palos borrachos
en la plaza a unos pasos
y el cielo tan celeste
que un limón yo necesite
para evitar q me explote
la nariz en muchas partes
doble será la tristeza
si no escapas de la afrenta
no veré jamás tu baile
tu cuerpo hecho presa
ahora parece el momento
decisivo del poema
Arquea al gato su deceso
Miro atento tu respuesta
Tarda solo un segundo
Ya la mesa esta puesta
Por suerte se ahoga el ruido
Que posible has emitido
Oh pichón gritón del cielo
Tus sonidos no son llanto
Te reservas esos cantos
A momentos de arrebato
Positivo tu encanto
Mas envidio tu cerebro
No procese sufrimiento
Ni al perder el aliento,
Distraído con el agua
Con el sol y el algodón
Que baja.
Como una ensalada
Frutas con cien vegetales
Sal y aceite agregarles
La tarde regalada
Flotan livianos en mi boca
los bienes desta tierra
No es comida chatarra
Es gente que recolecta
En muy pequeñas sestas
Mis verduras predilectas
La lechuga crece cerca
Sino sus hojas perecen
Trasportarla aunque cuesten
No se cambia no seas terca
Verde y casi todo agua
Son sus hojas las que engañan
Parecen grandes y el aceite
Las reduce somnolientes
Su función fue entendida
Desde heródoto y cladídea
Tranquiliza la comida
Importante vitamina
Rallo una zanahoria
Creo vino de mendoza
Mis uñas el filo rozan
Muerdo el cabo gano gloria
Es tan dura dulce miente
Parece desaparece
No se ve en la superficie
Bajo tierra es esta especie
Ahora junto a la lechuga
Su naranja pronto brilla
Solo en esta ensalada
Puede ser la destacada
Sus escamas copan todo
En mi ropa y la mesada
Queda un rato pegada
Hasta que luego acomodo.
El tomate sigue en esto
Se volvió medio polémico
Precio y color poco anímico
Lo volvieron un depuesto
Yo le apuesto a su regreso
Lo pido siempre jugoso
Y antes de cortalo en trozos
Le pegun mordisco solo
Chupo bien su jugo todo
Y el resto va padentro
Desta mia ensalada
Que va juntando anhelo
La cebolla tiene técnica
Pa cortarla y no llorar
Cuchillo mojado y no mirar
Hacen quel ojo no pica
Pongo poco aunque este rica
Su acidez ya se respira
Agua hirviendo o limón
Siempre buena opción
Paque no se repita.
Y llegando al final
Deste almuerzo de verano
Es el palto tucumano
con su llegada triunfal
Fruto bien americano
Disfrutado desde antaño
Se producen cada año
Solo en suelo tucumano
Su aceite es real
Su consumo popular
Aguacate azteca punto ar
Orgulloso de agregar
Su ricura especial
Pimienta limón y sal.
Una buena limonada
Una terraza soleada
Media hora ensalada
Felicidad garantizada
Camino busco un árbol
Caído o doblado
Que crezca al ras
De la tierra por unos metros
Hasta volver a un lugar
Entre la corteza
Piñas y pinches
Que me piden doblar
Caído o doblado
Que crezca al ras
De la tierra por unos metros
Hasta volver a un lugar
Entre la corteza
Piñas y pinches
Que me piden doblar
Escapo corro ahora
Necesito encontrarlo ya
Un árbol que tenga
Un agujero de verdad
En el medio de su tronco
Lo pateo un poco y quieren escapar
Gusanos y bichitos
Entre el verde y el marrón
De la marea natural
Casi tocando el piso
Me caigo tropiezo
Con una raíz mis manos
Me frenan para no rodar
abajo el río
corre entre las piedras
Necesito encontrarlo ya
Un árbol que tenga
Un agujero de verdad
En el medio de su tronco
Lo pateo un poco y quieren escapar
Gusanos y bichitos
Entre el verde y el marrón
De la marea natural
Casi tocando el piso
Me caigo tropiezo
Con una raíz mis manos
Me frenan para no rodar
abajo el río
corre entre las piedras
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literatura
que paja que se este oficializando tanto que esta bueno que las redes sociales invadan el mundo de la literatura. facebook no me permite expresar mis sentimientos 24/7 ni me ayuda a sentirme menos avergonzado o más a gusto con mi vida. al contrario es una empresa multimillonaria que lucra vendiendo a empresas publicitarias nuestra información para que nos sigan vendiendo la ilusoria comunicación que generan. no quiero que facebook tenga nada que ver con la literatura de mi época
en una caja redonda de madera
algunas manchas
encierran a otras por un momento
entre nuestros cuerpos
la energía creada fluye
la mancha encerrada se mueve
por lo límites que le marca la opresora.
encierran a otras por un momento
entre nuestros cuerpos
la energía creada fluye
la mancha encerrada se mueve
por lo límites que le marca la opresora.
dos voces de la casualidad
Ayer te ví pasar por corrientes
Caminaba y te ví vestido de azul, andando en bici
Y pensé, que si no te conociese
Igual te hubiera visto. Desconocido
Vestido de azul andando en bici.
Y en otros lugares también te hubiera visto
Hasta encontrarnos y caer
en un espacio profundo y olvidado
Que debo recrear
Con piezas ya encontradas
enterradas
y una voz que pervierte la palabra y pide copyright
y una voz que pervierte la palabra y pide copyright
pasaste a toda velocidad con los auriculares
no tuve tiempo de gritarte ni nada
fue como su fuesemos extraños de vuelta
como si te viera por primera vez
y me volvieras a gustar.
ahora no estoy seguro si vi su luz directa o su estela,
o imagino justo lo que necesito en su fugacidad
autobombo
en este libro hermoso publicaron un cuento mio.
= )
el tiempo fue hecho para ser desperdiciado. sabiduría si las hay.
mi vida hoy gente
a las personas que dan
y volver a amar
crecer
pero al fin
y tener miedo
y capaz llorar
y pedir perdón desde el corazón
pero solo hay que aprender a bajar la gurdia, capaz humillarse un poco
a veces te hace pelearte con gente que no da
luna en sagitario
y volver a amar
crecer
pero al fin
y tener miedo
y capaz llorar
y pedir perdón desde el corazón
pero solo hay que aprender a bajar la gurdia, capaz humillarse un poco
a veces te hace pelearte con gente que no da
luna en sagitario
de por qué el agua siempre es verde en el espacio
Cuando nos
encontramos con un parque todo verde todo con ondulaciones y el pasto también
verde cortado todo perfecto y el parque se extendía por varios kilómetros a la
redonda y desde nuestro lugar podíamos ver como una laguna celeste con algunas
líneas más azules y otras más blancas y dos estructuras, una estructura era de
ladrillos rojos y negros y la otra tenía uno de esos techos tipo de quincho de
camping rosa.
juanchufrito
la primavera
es siempre la estación
para renacer
el hombre se está
apropiando de la naturaleza
de una forma diferente
es siempre la estación
para renacer
el hombre se está
apropiando de la naturaleza
de una forma diferente
Después como estabamos muy cansados nos tomamos un café con leche y nos propusimos ver videitos divertidos en internet. Llegamos a unos que eran increibles que es un artista plástico de austria o suiza o alguno de esos paises que se llama theo jansens que hace esculturas con tubitos de plástico amarillos de esqueletos de unos animales que se parecen a dinosaurios que se mueven con el viento por eso los sueltan en las playas nórdicas que son muy ventosas y caminan por ahí. Quiere crear una nueva naturaleza, eso dice él. Poblar las playas de strandbeest para que ellos hagan su vida en libertad
Ordis 2007 from Strandbeest on Vimeo.
Ordis 2007 from Strandbeest on Vimeo.
Notas para un guión
Celofán o la chica que junta luciérnagas.
Son tres escenas. Cada una dura, más o menos, cinco minutos. Hay un solo personaje, ella. No se va a conocer su nombre, pero a efectos de conocer mejor su personalidad, se va a llamar Venecia.
La escena uno arranca con la pantalla totalmente negra. De fondo se empiezan a escuchar las pisadas de alguien sobre el pasto. Es ella. Los espectadores no lo saben porque el cuadro sigue oscuro.
Se empiezan a escuchar ruidos de insectos, cada vez más fuerte.
En un fundido lento se esclarece el cuadro y vemos un plano general del jardín trasero de una casa. El escenario no remite a nada en particular. Esta anocheciendo en lo que parece ser, uno de los últimos días del verano.
Un alcanfor se irgue en la parte derecha del encuadre, iluminado por dos reflectores. A la izquierda una pileta con bordes infinitos. Se ve el reflejo de la luz en el agua, pero la pileta en sí no está iluminada. Quietud absoluta. Se ven muchos insectos volando histéricamente sobre los reflectores.
El encuadre se mantiene fijo por un tiempo considerable mientras el ruido de los insectos aumenta. Repentinamente se apagan los reflectores y la pantalla se vuelve nuevamente negra por un segundo. Lentamente se esclarece el cuadro, ahora iluminado sólo con la luz natural del anochecer.
El alcanfor y la pileta se desvanecen y sus formas se desdibujan por la iluminación precaria. Contrastando con esta indeterminación visual, aparecen en cuadro pequeños puntos de luz fijos e intermitentes. Se tiene que lograr que la luz amarillenta e intermitente que liberan las luciérnagas se confunda con las primeras estrellas en el cielo. Se siguen escuchando los insectos y las pisadas de ella en el pasto, aún no se la ve.
Ella entra en cuadro sigilosamente caminando con un frasco.
Corte. Cambio de escena.
La escena dos es un primer plano de la cara de ella con un fondo fucsia. Mira a la cámara fijamente y habla con una vos fuerte y clara.
ELLA
Voy a atrapar unos bichitos de luz en el fondo de mi casa
Una vos masculina le responde
HOMBRE (EN OFF)
Y qué vas a hacer con esos bichos?
ELLA
Voy a atrapar unos bichitos de luz en el fondo de mi casa y los voy a encerrar en pelotitas de papel celofán transparente
Hombre (EN OFF)
Y qué vas a hacer con esas pelotitas de papel celofán llenas de luciérnagas?
ELLA (se tiene que notar en su tono de voz que está asustada)
Voy a atrapar unos bichitos de luz en el fondo de mi casa y los voy a encerrar en pelotitas de papel celofán transparente para que iluminen mi camino cuando ando en bicicleta a la noche
Fundido a escena tres. Se ve el mismo jardín iluminado por los reflectores que en la escena uno, la única diferencia es que entre medio del alcanfor y la pileta está parada una bicicleta de paseo Raleigh violeta del año setenta. Tiene un canasto de mimbre. Los reflectores se apagan y queda la pantalla oscura. Aparece la bicicleta muy tenuemente iluminada por dos fuentes de luz en la parte trasera y delantera. La cámara hace un paneo de 360 grados de la bicicleta y se acerca a una de las fuentes de luz.
Se ve una pelotita de papel celofán transparente llena de luciérnagas que agonizantes piden ayuda prendiendo sus linternas.
Corte. Fin.
III. The end
Los gritos de Néstor y el zarandeo de las ramas que él iba trepando trajo otros ruidos desde atrás mío, podía ser una bandada de pájaros que salía espantado de sus nidos por el movimiento de los árboles. Grité a Néstor que preste atención, que use sus binoculares para ver bien. Que las aves estaban próximas y no podíamos perderlas. Grité a Néstor muy fuerte y el ruido atrás mío se hizo aún más fuerte. Ya estaban aquí, casi caigo al suelo de la emoción.
Pero no, un hombre salió de entre los matorrales llevando una red para cazar bichos. En su otra mano llevaba una pajarera de mimbre llena de mariposas de todos los colores. Su ropa era toda verde, llevaba unos anteojos sin marco y una insignia de “guardia forestal” en su camisa. Nos miró y sonrío, amablemente nos explicó que este no era un lugar habilitado, que los lunes la reserva estaba cerrada. Debíamos juntar nuestras cosas e irnos, pero podíamos volver cualquier otro día de la semana, los pájaros no iban a irse a ningún lado.
De fondo, Néstor seguía cantando. El guardia se dio cuenta de su presencia y le gritó que bajase del árbol, estaba muy alto y era muy peligroso. De fondo, Néstor seguía cantando. El guardia volvió a interpelar a Néstor. Volvió a hacerlo, volvió a hacerlo.
Néstor dejó de cantar, miró para abajo
- Lo siento oficial, pero Néstor no comprende el idioma- dijo Néstor mientras se tiraba de un eucalipto de 15 metros. Al caer, sus grandes, sin pupila y blancos ojos; y su roja sonrisa permanente, reflejaron como plástico la luz de la tarde y nos encandiló por un segundo.
II
Dejamos las bicicletas al lado del alambrado y caminamos unos metros por el sendero. Yo me movía dando pequeños saltitos y pasos largos, riendo. El aire estaba fresco y el sol a punto de llegar a lo más alto del cielo, era una mañana otoñal perfecta y el viaje no podía venir mejor, Néstor y yo eramos los mejores amigos de la tierra. Néstor venía atrás mio, caminando como el siempre lo hacía, muy lento. Al no tener rodillas sus pasos eran medio robóticos, tenía unos zapatitos celestes acharolados que siempre tenían un pixel de brillo en la parte superior izquierda. Silbaba, como los pájaros.
Con Néstor nos conocíamos desde chicos, nuestras mamas eran amigas y habíamos crecido juntos. A mí siempre me costó hacerme amigos, por eso en el colegio me mantenía cerca de él. Néstor era muy popular y no tenía ningún problema relacionándose con la gente. A todos parecía fascinarle el hecho de que sea de plástico y tan chiquito, yo ya estaba acostumbrado, nuestras mamas eran amigas y lo conocía de muy chicos.
Néstor se quedó parado en seco, yo frené la marcha y lo miré. Su sonrisa era un triangulo rojo con las puntas redondeadas ubicado en la parte inferior de su cara. Sus cejas se ubicaban oblicuas sobre los ojos, su pelo era corto y marrón y tenía el flequillo recto.
- Vamos a avistar algunas aves!!! Es hora de la acción!!! Sí sí sí, esta vez vamos a poder!!! Estate listo para el avistajeeee!!– me dijo Néstor gritando de la nada mientras levantaba uno de sus puños en el aire.
Yo creí que no había necesidad de gritar, pero el entusiasmo de Néstor se me contagió, era una personita tan vivaz. Lo seguí saliendo del sendero y adentrándonos en los pantanos. Bajamos el ritmo porque era más difícil avanzar y no queríamos espantar a las aves. De vez en cuando Néstor daba vuelta 180 grados su cabeza y me miraba, poniendo su dedo índice sobre su eterna sonrisa roja. Había que ser muy sigilosos.
Néstor se detuvo abruptamente, me explico que era mejor si él trepaba un árbol, y desde lo alto analizaba el terreno y los posibles lugares donde se podían encontrar los preciados pájaros. Me pareció una muy buena idea, como todas las que tenía Néstor. Utilizó su soga y comenzó a trepar el árbol. Mientras lo hacía cantaba
- Hay Jo, Hay Jo, Hay Jo
Trepan trepan sobre la hierba
Cantan juegan en la isla secreta
Corren gritan en la cueva siniestra
Hay Jo, Hay Jo, Hay Jo
No se tocan, pero casi.
Que canción tan rara, pensé para mis adentros. Néstor es un muñequito de plástico muy raro.
Néstor avistador de aves.
I
Néstor es un muñequito de plástico de 4 cm, aficionado avistador de aves y amigo mío de la infancia. Nestor y yo nos fuimos de viaje en bici porque queríamos encontrar unos pájaros nuevos re lindos que habíamos visto en internet.
Eran nueve aves, todas diferentes y lindas. Todas tenían el pico largo y el cuerpo chiquito, como un colibrí. Todas tenían plumas de colores y alas. Néstor me contó que todas vivían en buenos aires, y que la reserva ecológica era el mejor lugar donde encontrarlas.
Néstor se suicidó al final de nuestro viaje, yo lo vi.
Salimos de casa temprano para aprovechar todo el día. En la canastita de mi bici yo llevé unas frutas para el mediodía y agua. Néstor llevaba sus binoculares colgando y una soga atada en el manubrio. Yo no entendía mucho, ya las cosas me parecían medias raras. Néstor se veía más brillante que nunca, el plástico de su cuerpo reflejaba toda la luz del amanecer encandilándome.
Llegamos a la reserva y estaba cerrada, era lunes. Néstor me dijo que no pasaba nada, que el era ornitólogo y podía entrar cuando quería, trepando el alambrado. No quise negarme porque sus fundamentos parecían válidos. Una vez adentro me tranquilicé, todo estaba muy calmo, y estábamos listos para comenzar la búsqueda. Comimos una pera re jugosa y una manzana re roja cada uno.
- Qué pera tan jugosa, y que manzana tan roja- me dijo Néstor mientras me miraba con sus gigantes ojos blancos sin pupila- si combinas lo jugoso de la pera y lo rojo de la manzana se hace una frutilla, como la sangre.
Su comentario me pareció simpático, creí haberlo entendido.
Es un patio en segundo piso en un barrio tranquilo, puede ser almagro.
baldosas antiguas y paredes amarillentas. Hay un armario marrón y un archivero gris. Abajo de el, una caja roja con piedritas de gato. hay una escoba, una mopa y un secador. no hay personas
hay 3 puertas.
Puerta uno
Puerta dos
Puerta tres
Las puertas son de colores.
Fuscia.
Verde.
Amarillo.
baldosas antiguas y paredes amarillentas. Hay un armario marrón y un archivero gris. Abajo de el, una caja roja con piedritas de gato. hay una escoba, una mopa y un secador. no hay personas
hay 3 puertas.
Puerta uno
Puerta dos
Puerta tres
Las puertas son de colores.
Fuscia.
Verde.
Amarillo.
gotta catch´em all!
Cuando empecé a pasar las tardes en el cuarto de baño, no tenía previsto instalarme en él.
Entré y prendí la luz. Era hermoso, las paredes estaban recubiertas con azulejos blancos, la puerta estaba pintada de blanco, y las baldosas del piso también eran blancas.
Fue todo cuestión de óptica. La fuerte luz senital generó un efecto extraño: todo desapareció. Los límites y distancias entre paredes, la puerta y yo mismo se volvieron imprecisos. Un infinito espacial me rodeaba. Blanco y brillante.
Mis pupilas tardaron en acostumbrarse a semejante luz, me senté en el inodoro y esperé. El bulto en mi bolsillo pedía a gritos liberarse, yo estaba ansioso, pero sabía que debía extender al máximo ese momento. Espere.
No aguanté más y saqué mi gameboy color. Lo prendí. Cuando pude leer en la pantalla: Pokemon ¡Atrapalos ya!, sentí que estaba en el lugar indicado en el momento indicado..
Yo soy Ash Kechum, tengo edad incierta y estoy preparado para recorrer el mundo con el único fin de convertirme en el mejor maestro Pokemon. Ya no debo preocuparme por comer, dormir u otras trivialidades. En la región de Kanto, que es donde vivo, no existen ni las clases sociales ni la obligación de hacer deportes grupales.
Mi primer Pokemon es un Charmander, esta en nivel 5 y tengo que meterme en los bosques para entrenarlo contra otros Pokemon más débiles. Si aparece alguno que me guste, puedo lanzarle una pokebola y tratar de atraparlo, y así sumar mas Pokemon a mi ejército.
Recorro un interminable mapa y lucho contra otros entrenadores. Cuando les gano me dan plata, y si son entrenadores muy importantes, me aconsejan y regalan medallas que me permiten seguir avanzando a tierras inhóspitas.
De la pantalla salen colores y sonidos que rompen la monocromía de la habitación. Mis dedos reconocen la exacta posición de las teclas y las presionan en el momento justo, y con la fuerza necesaria. No parpadeo hace no sé cuanto tiempo. No respiro hace no sé cuanto tiempo.
La luz tintinea y por un segundo pierdo la atención de la pantalla. Enderezo la espalda y estiro un poco los brazos. Miro adelante y no veo nada, salvo por una superficie metálica que no logro reconocer. La analizo. El picaporte y el cerrojo se alejan rápidamente en tanto mantengo la vista en ellos, hasta volverse luz.
Indiferente bostezo y vuelvo mi atención al gameboy, apreto start.
Yo soy Ash Kechum, tengo edad incierta y estoy preparado para recorrer el mundo con el único fin de convertirme en el mejor maestro Pokemon.
Entré y prendí la luz. Era hermoso, las paredes estaban recubiertas con azulejos blancos, la puerta estaba pintada de blanco, y las baldosas del piso también eran blancas.
Fue todo cuestión de óptica. La fuerte luz senital generó un efecto extraño: todo desapareció. Los límites y distancias entre paredes, la puerta y yo mismo se volvieron imprecisos. Un infinito espacial me rodeaba. Blanco y brillante.
Mis pupilas tardaron en acostumbrarse a semejante luz, me senté en el inodoro y esperé. El bulto en mi bolsillo pedía a gritos liberarse, yo estaba ansioso, pero sabía que debía extender al máximo ese momento. Espere.
No aguanté más y saqué mi gameboy color. Lo prendí. Cuando pude leer en la pantalla: Pokemon ¡Atrapalos ya!, sentí que estaba en el lugar indicado en el momento indicado..
Yo soy Ash Kechum, tengo edad incierta y estoy preparado para recorrer el mundo con el único fin de convertirme en el mejor maestro Pokemon. Ya no debo preocuparme por comer, dormir u otras trivialidades. En la región de Kanto, que es donde vivo, no existen ni las clases sociales ni la obligación de hacer deportes grupales.
Mi primer Pokemon es un Charmander, esta en nivel 5 y tengo que meterme en los bosques para entrenarlo contra otros Pokemon más débiles. Si aparece alguno que me guste, puedo lanzarle una pokebola y tratar de atraparlo, y así sumar mas Pokemon a mi ejército.
Recorro un interminable mapa y lucho contra otros entrenadores. Cuando les gano me dan plata, y si son entrenadores muy importantes, me aconsejan y regalan medallas que me permiten seguir avanzando a tierras inhóspitas.
De la pantalla salen colores y sonidos que rompen la monocromía de la habitación. Mis dedos reconocen la exacta posición de las teclas y las presionan en el momento justo, y con la fuerza necesaria. No parpadeo hace no sé cuanto tiempo. No respiro hace no sé cuanto tiempo.
La luz tintinea y por un segundo pierdo la atención de la pantalla. Enderezo la espalda y estiro un poco los brazos. Miro adelante y no veo nada, salvo por una superficie metálica que no logro reconocer. La analizo. El picaporte y el cerrojo se alejan rápidamente en tanto mantengo la vista en ellos, hasta volverse luz.
Indiferente bostezo y vuelvo mi atención al gameboy, apreto start.
Yo soy Ash Kechum, tengo edad incierta y estoy preparado para recorrer el mundo con el único fin de convertirme en el mejor maestro Pokemon.
como irse
Ruidos de la naturaleza. Sol firme en medio del cielo. Árbol solitario rodeado de la aridez extrema. Una superficie de agua. En ella, un grupo de gacelas.
Gacela: perteneciente a la familia del antílope. De tamaño medio, con largas y ágiles patas. Puede alcanzar velocidades de 100 km/h. Se las encuentra en las praderas de las sabanas del África. Viven en grandes rebaños que llegan a nuclear miles de individuos. Para sobrevivir en campo abierto deben estar atentas todo el tiempo.
Dentro del grupo, una gacela. Pasta tranquilamente en la orilla: con su hocico busca entre los matorrales alguna hoja suculenta mientras que su rabo espanta unas moscas que infinitamente se posan en su lomo. Sus ojos parecen independientes uno del otro, revisan bizcamente los alrededores mientras se alimenta. Atentas todo el tiempo. Hacía tiempo que todos sabíamos lo que iba a pasar, la gacela recién identifica el problema.
León: Mamífero carnívoro de la especie de los felinos. Son animales potentes que suelen cazar en grupos coordinados y sitiar a la presa elegida. Sin embargo, no tienen mucha resistencia: aunque llegan a alcanzar 60 km/h, lo hacen en aceleraciones rápidas y cortas.
Se congela la imagen de la gacela en estado de alerta, fuera de foco al fondo se ve al león expectante. Cambio de foco por un segundo al león. Ruge. Primer plano de la gacela, sus músculos se tensan por completo, y con lo que parece ser un salto, comienza la carrera. La huída tiene dos momentos: al principio se suceden ínfimos planos secuencia de la gacela y el león corriendo a toda velocidad en una línea recta imaginaria. No parece haber conexión alguna entre ambos. Hasta el paisaje de fondo parece diferente, como si estuviesen corriendo en lugares geográficos distintos. Inmediatamente después, planos más abar cativos dan cuenta de la persecución y de sus dos actores. En este momento, ambos animales corren irregularmente, alternando líneas rectas con curvas rasposas. Durante toda la secuencia el relator permanece en silencio, se escuchan ráfagas de viento que simulan ser producto de la aceleración de los animales al correr.
La gacela no pierde la gracia mientras escapa, sus músculos se ven sutiles, delicados, pero extremadamente eficaces. Sus ojos están serenos y casi inmóviles. Como si su esencia fuese escapar. Como si su anatomía estuviese perfectamente adaptada a la acción de huir.
Finalmente la gacela es atrapada, pero sólo para justificar el ejemplo. Porque en la vida real las gacelas no mueren, solo huyen.
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